miércoles, 10 de abril de 2013

El dilema de la reivindicación del consumo de la hoja de coca como manifestación cultural y la lucha contra el narcotráfico en Bolivia.

Por Luis Abel Zárate Meriles

 

1. INTRODUCCIÓN
El gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, se ha caracterizado por emprender políticas de desarrollo integral de la coca y su revalorización. La nueva constitución política del Estado Plurinacional de Bolivia, establece en su artículo n° 384, la protección de la coca como patrimonio cultural, por lo cual, la defensa de la hoja de coca se convierte en una prioridad cultural y de Estado: Artículo 384. “El Estado protege a la coca originaria ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante ley”.
Por otro lado, la Convención de Viena de 1961, estipula dos enunciados referentes a la penalización del masticado de la hoja coca y la temporización para erradicar o desaparecer esta actividad en un plazo de 25 años.
Esta divergencia se convierte en un dilema, ya que la erradicación total de la hoja de coca, para la sociedad boliviana sería un atentando frente a sus costumbres y cultura en general. El presente trabajo busca analizar la problemática que se ha generado en el Estado Plurinacional de Bolivia, respecto a la penalización del masticado de la hoja de coca (Convención de Viena 1961) y la defensa de esta activad ancestral (masticado de la hoja de coca). El gobierno de Evo Morales, ha emprendido desde inicio de su primer gobierno, una política de desarrollo integral de la coca y revalorización de la misma, posición que para algunos analista deja cabos sueltos en relación a lucha contra el narcotráfico, poniéndolo en conflicto con los acuerdos internacionales suscritos por el estado boliviano.
Por lo expuesto, este articulo intentará analizar si la denuncia elaborada por Bolivia frente al artículo 49 de la Convención de Viena es correcta y si la revalorización de la hoja de coca como patrimonio cultural establecida en la nueva Constitución de Bolivia del 2009, afecta en el crecimiento del narcotráfico Bolivia. El trabajo estará divido en tres partes: 1) La hoja de coca como patrimonio cultural boliviano; 2) Los tratados internacionales, la Convención de Viena, y sus políticas contra la erradicación de estupefacientes y su relación con el narcotráfico; 3) Correlación entre el uso de la hoja de coca y su derivación hacia el narcotráfico en Bolivia.
 
2. DESARROLLO
2.1. LA HOJA DE COCA COMO PATRIMONIO CULTUTAL EN BOLIVIA

El Gobierno de Bolivia enfatiza su voluntad política de revalorizar y dignificar a la hoja de coca, promocionando sus valores histórico-culturales, impulsando los procesos de industrialización y comercialización lícita; además de desarrollar acciones orientadas al cambio de su status jurídico en el marco de las Convenciones Internacionales sobre la materia. (Datos: Embajada de Bolivia en Argentina).
Como se sabe, el uso de la hoja de coca en Bolivia obedece a un proceso histórico  ue empieza desde la época pre-inca, incaica, la colonia, república y la actualidad. Muchos historiadores mencionan que en la época preincaica, la hoja de coca era consumida por todos los habitantes en general (Cajías; 1995:21), sin embargo, en la época incaica fue restringida solo para un sector “privilegiado o nobleza” (Matienzo; 1978:249). Ya en la época colonial, la hoja de coca se convirtió en un producto importante para la comercialización (Lema; 1980:42) no solo en las minas sino en todo el territorio, ya que, la utilizaban en mates para curar resfríos, dolores de muelas, heridas, fracturas de huesos y otros. Respecto a esto, Parkerson (1980:115), diría que se puede asumir que la coca se convirtió en un recurso esencial en la colonia, porque adquirió  un valor mercantil para dejar de ser un valor cultural y religioso.
En la actualidad, la hoja de coca sigue siendo usada por los pobladores bolivianos en sus actividades cotidianos como el trabajo en el campo. Amplios sectores de la población mastican coca para combatir el cansancio, los efectos de vivir en la altura, usos medicinales, y como parte de sus ceremonias tradicionales o de costumbres.
 
2.2. LA CONVENCIÓN DE VIENA
El ministro boliviano de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, manifestó que la problemática latente que tiene el Estado Plurinacional de Bolivia respecto al uso de la hoja de coca o “akulliku”, es el artículo nº 41 de la Convención de Viena de 1961, ya que, presenta dos enunciados referentes a la penalización del masticado de la hoja de coca y la temporización para erradicar o desaparecer esta actividad en un plazo de 25 años, Por tal motivo, el gobierno boliviano presenta su denuncia a la ONU para poder contrarrestar este problema en pro del desarrollo cultural y tradicional de la sociedad altiplánica.
Al hacer una pequeña revisión histórica, percibimos que la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su segundo periodo de sesiones (24 de julio al 8 de agosto de 1947) recomendó al Consejo Económico y Social (ECOSOC) que envíe una comisión de estudio a Perú y Bolivia. Posteriormente, el ECOSOC aprobó el envío de una Comisión investigadora encargada de estudiar los efectos de la masticación de la hoja de coca y la posibilidad de limitar su producción y reglamentar su distribución. En agosto de 1951, el ECOSOC tomó nota del Informe de la Comisión del Estudio de la Hoja de Coca. A finales de 1988, se aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas. En esa oportunidad, las Delegaciones de Bolivia y Perú lograron el reconocimiento de la dimensión histórica de la hoja de coca. El artículo 14 de esa Convención señala: “Las medidas que se adopten deberán respetar los derechos humanos fundamentales y tendrán debidamente en cuenta, los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista la evidencia histórica, así como la protección del medio ambiente”. Ahora bien, en los años 70´ el ex-presidente Banzer Suárez (1971-1978), ratificó mediante un Decreto Supremo la Convención de Viena de 1961, por lo cual, en el año 2000 el uso del masticado de hoja de coca debería haber sido penalizada. Este gobierno (Banzer) y el resto que lo sucedieron años posteriores, no se preocuparon por especificar una reserva (en los años para la erradicación) y tampoco pensaron en el futuro problema en que se convertiría la penalización del akulliku que ya de por sí era y es impensable en Bolivia. Actualmente, con el gobierno de Evo Morales, se empieza a formular una nueva visión de cómo debe actuar el Estado frente al uso y cultivo de la coca. Hay que recordar, que Morales ha surgido de sindicatos cocaleros y que parte del gobierno actual también han sido cocaleros. Después de una serie de discusiones en el parlamento boliviano, la Cámara de Senadores aprobó en grande y en detalle la Ley n° 392 sobre la determinación del gobierno de denunciar la Convención Única de las Naciones Unidas sobre estupefacientes de 1961. La mencionada ley señala: 1) la denuncia al artículo 49 de la Convención del 1961, respecto a la prohibición del “akulliku”, lo cual, demuestra que no se está dejando de lado los demás artículos y determinaciones que establece esta Convención en la lucha contra el narcotráfico, y 2) indica que Bolivia podrá volver a pedir en enero de 2012 su adhesión a la Convención, pero sin los artículos que vetan el masticado de coca, porque se contradicen con la Constitución, promulgada por Morales en 2009, que considera sagrada esa planta. Respondiendo al primer enunciado planteado in supra, sobre si la denuncia elaborado por Bolivia frente al Convención de Viena es correcta, diría que sí, pues Bolivia ha utilizado todos los recursos legales y ha adoptado una iniciativa de integración para incorporar países y organizaciones internacionales a una campaña con el fin de levantar la penalización del masticado de la hoja de coca, aprobada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) hace 50 años.
Por otro lado, la Convención de Viena ha sido la sede de múltiples tratados internacionales en diferentes temáticas, sin embargo, es en el año 1988 cuando se esclarece mejor los términos respeto a la lucha contra el narcotráfico, reconociendo al tráfico de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, medida que se mundializó por el crecimiento explosivo de la venta y consumo la cocaína en el mundo. Organismos Internacionales entre gubernamentales y no gubernamentales han elaborado una serie de políticas contra la producción ilegal de la hoja de coca, el consumo y tráfico de la cocaína. Europa y los Estados Unidos han diseñado diferentes políticas para poder contrarrestar este problema, sin embargo, las formas se han diferenciado en relación a los procedimientos, pues la política siempre ha sido erradicación total a bajo costo, sin importarles el brindar alternativas económicas a los productores de coca.
 
2.3. CORRELACIÓN ENTRE EL USO DE LA HOJA DE COCA Y SU DERIVACIÓN HACIA EL NARCOTRÁFICO EN BOLIVIA
En el Estado Plurinacional de Bolivia, desde el gobierno de Evo Morales, se han aprobado dos planes nacionales, el Plan Nacional de Desarrollo Integral con Coca 2006 – 2010 (PNDIC) y la Estrategia Nacional de Desarrollo Integral con Coca 2011 – 2015 (ENDIC), además de la CONALTID: Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico y Revalorización de la Coca 2007 – 2010 y junto con la Ley 1008 (aprobada en 1988), forman el marco legal-institucional de donde parte la política de lucha contra el narcotráfico boliviana, así como las políticas de revaloración de la hoja de coca, a partir de la consideración que se hace de ella como un producto ancestral y parte de la cultura boliviana.
 
Cultivos, producción y usos de la Hoja de Coca en Bolivia
El gobierno boliviano contempla el consumo y uso lícito de la hoja de coca para las prácticas sociales y culturales de la población boliviana bajo formas tradicionales, como el “akulliku” (masticación), usos medicinales y usos rituales en el artículo 4 de la Ley 1008, Ley del régimen de la coca y sustancias controladas, la cual contempla 12 000 hectáreas de cultivo de hoja de coca. Asimismo, como lo mencionado in supra la nueva constitución política del Estado Plurinacional de Bolivia, establece en su artículo 384, la protección de la coca como patrimonio cultural, por lo cual, la defensa de la hoja de coca se convierte en una prioridad cultural y de Estado. La hoja de coca en Bolivia ha sido proyectada a desarrollar un comercio e industrialización lícita, además del uso tradicional antes mencionado: en el 2007 el Gobierno Nacional Boliviano se proponía mantener en 20 000 hectáreas de cultivo de hoja de coca (meta que no ha podido cumplir), para que los cultivos excedentarios sean dirigidos a la industrialización legal promovida por el gobierno y financiado por la cooperación extranjera. De este modo plantea la elaboración, en el 2007, de diferentes productos nutricionales y medicinales tales como infusiones, harinas, biomedicamentos (jarabes, pomadas, agroquímicos) y otros (abono, nutrientes, etc.). Se estima que para el 2010, el gobierno boliviano ha destinado US$ 1.7 millones para la construcción de plantas industriales de procesamiento de la hoja en la provincia de Chapare, así como para la provincia de la Yungas destinaría US$ 1.2 millones. (datos no confirmados).
Así mismo, en el 2010, la DIGCOIN contaba con 13 empresas inscritas, creando industrias controladas por las federaciones cocaleras bolivianas que están empezando el reto de comercializar productos derivados lícitos de la hoja de coca.
Lamentablemente las proyecciones fijadas no han llegado al logro de sus metas, principalmente en los índices de cultivación y producción de hoja de coca. La cantidad de hectáreas de cultivos de hoja de coca en Bolivia se ha mantenido en aumento. La cantidad de hectáreas cultivadas entre el 2000 y el 2009 se han más que duplicado (111.64%) creciendo a una tasa de promedio anual de 9%. Sin embargo, en el periodo 2006 – 2009 la tasa promedio de crecimiento de cultivos se ha mantenido en un 5% anual, ha comparación del 13% anual en el periodo 2000 – 2005. Según la Ley 1008, la cantidad de cultivos permitidos, en las zonas de producción tradicional, se ha mantenido en 12 000 hectáreas desde su aprobación en 1988. Por el contrario, la cantidad de cultivos no autorizados, en las zonas de producción excedentaria en transición y las zonas de producción ilícita, son las que han ido en aumento. Como vemos siempre hay una tendencia hacia el aumento de cultivos de hoja de coca ilícita, pero los promedios de crecimiento de periodos distintos varia, es decir entre el 2000 y el 2005, el promedio de crecimiento anual ha sido de 55%, mientras que entre el 2006 y el 2009, el promedio ha sido de 9%.
Por otro lado, la producción de hoja de coca ha mantenido las mismas tendencias respecto a los cultivos. Lo más relevante aquí es que más del 50% siempre está destinado al narcotráfico, sin embargo en el periodo del 2006 – 2008, se ha mantenido la cantidad en 36 200 toneladas métricas de producción de hoja de coca.
Ahora bien, en relación al cultivo de la hoja de coca tenemos que ver las políticas de racionalización y erradicación. La racionalización es el acuerdo voluntario de los productores con la política de gobierno para la reducción de la superficie cultivada. La cual es planteada como un mecanismo desarrollado en ciertas áreas “que el Gobierno ha definido acciones concertadas con las comunidades, para reducir las plantaciones de coca, conservando solo la producción vinculada al consumo (un cato por afiliado)”. Según la UNODC donde se ha desarrollado políticas de racionalización, los cultivos de hoja de coca se han reducido o se mantienen estables. Las estadísticas no muestran la tendencia de racionalización y erradicación. En comparación con las cantidades totales, las cantidades de hectáreas son pocas, sin embargo, estas se han dado evitando la generación de conflictos sociales frente a las comunidades cocaleras, que es un factor que no se contempla en la lucha contra las drogas.
Podemos reconocer que a partir de una nueva política de lucha contra las drogas, presentada desde el 2007 por la CONALTID, la efectividad en el control de los cultivos de hoja de coca, como de producción de la misma, ha sido mayor. Sin embargo, dicho crecimiento no se detiene y las proyecciones de mantener en 20 000 hectáreas, para el 2009, están mucho más lejos de lo que estaban el 2006, año a partir del cual consideraban las líneas base para sus proyecciones.
 
Lucha contra las Drogas
A partir del gobierno de Evo Morales, la lucha contra las drogas ha desarrollado un giro importante. En la Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico y Revalorización de la Hoja de Coca, la evaluación de sus políticas antidrogas anteriores considera que han sido impuestas por “exigencias externas”, lo que “contribuyó al avasallamiento de la historia, identidad, cultura, tradiciones, y daño al medio ambiente del país.” Veremos, en tal sentido, algunos índices de lo que ha significado, la lucha contra el narcotráfico y los cultivos de hoja de coca. De tal manera, se puede entender que la dirección que tiene la lucha contra las Drogas, a diferencia de los gobiernos anteriores busca despenalizar el cultivo de la hoja de coca y sus usos tradicionales. Decisión que lo obliga a poner un mayor control en la incautación de producción de derivados de la hoja de coca.
Un factor importante es la estimación de producción de cocaína. Las cifras indican que dicha estimación de lo que se produce en Bolivia en materia de cocaína también tiene la misma inclinación a la subida, logrando superar en el 2008 con 113 toneladas métricas, lo que en el 2004 había sido su pico más alto: 107 toneladas métricas, esto nos dice que las cantidades de hoja de coca producida y que es destinada al narcotráfico también han aumentado a pesar de las estimaciones de las Naciones Unidas mostradas durante los años 2006 - 2008. En este sentido viendo los números respecto a la incautación de derivados de la hoja de coca que han sido reportadas, se observa una mayor cantidad de incautaciones a partir del 2006, tanto en cocaína base y clorhidrato de cocaína. Lo mismo se puede observar en los laboratorios clandestinos y pozos de maceración que han sido destruidos desde el gobierno de Evo Morales, desde el año 2006.
Lo que se puede ver en planos generales, es que una gran parte de la hoja de coca que se cultiva, se dirige hacia la producción de derivados como la pasta base y el clorhidrato de cocaína, en tal sentido, las políticas emitidas por la comunidad internacional exige el control y erradicación, ya que, aún se mantiene una tendencia al aumento de dichos cultivos. Sin embargo, los planes de desarrollo, así como la estrategia de lucha contra el narcotráfico han tenido dentro de su enfoque la consideración de los movimientos sociales cocaleros como un actor principal, lo que, ha llevado a tener una política más cuidadosa de los derechos humanos, evitando los conflictos y enfrentamientos, y también siendo efectiva en el control de los cultivos, aunque no es suficiente. Algo que se muestra, en este sentido, es que la política de lucha contra el narcotráfico enfrenta directamente a los productores y comercializadores de los alcaloides derivados de la hoja de coca, según los grandes aumentos en las incautaciones de droga y la destrucción de laboratorios y pozos. Debo mencionar en este punto que algunos analistas políticos en Bolivia indican que son alrededor de 75.000 Has. de cultivo de hojas de coca existentes en Bolivia, de las cuales solo 5.000 Has. Son destinadas al consumo tradicional.
 
3. CONCLUSIONES
El Estado Plurinacional de Bolivia ha reaccionado correctamente en cuanto a la denuncia frente a la Convención de Viena de 1961, ya que, ha utilizado los mecanismos procesales adecuados para solicitar su petición, sustentándose en el respeto de la tradición y cultura en general de la sociedad boliviana.
En cuanto, a la relación que existe entre la revalorización de la hoja de coca y el  narcotráfico, puedo asumir que a mayor incentivo irresponsable de la hoja de coca mayor proliferación del narcotráfico. Considero que la revalorización del consumo de la hoja de coca es un discurso que no se lleva a la práctica debido a los grandes intereses económicos que el narcotráfico mueve a nivel mundial. Las cifras nos dicen que no se están obteniendo los objetivos propuestos a cabalidad (existe una tendencia hacia la alza en la producción de cocaína), por ende, se necesita mayor control. En consecuencia, la revalorización a pesar de que reconoce nuevos derechos y respeta las decisiones de los cultivadores (grupos sociales) ha incentivado una mayor producción de la establecida por ley y que lamentablemente es la que se destina al narcotráfico.
 
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REFERENCIAS
CAJÍAS, M.(1995). La coca en la historia de Bolivia. Su uso en las épocas prehispánicas y colonial. Revista Boliviana de Cultura. Año V, Nro. 11, noviembre 1995.
CÁRDENAS, E.(2008). Reseña de Narcotráfico: Europa, Estados Unidos, America Latina” de Avaro Camacho. Revista de Estudios Sociales. Nº 30/Agosto. Universidad de los Andes- Colombia.
LEMA, A. (1989). Producción y circulación de la coca en el Alto Perú 1780-1840", Historia y Cultura/Octubre 1989.
MURRA, John (1978): La organización económica del Estado Inca. Siglo XXI, México.

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