martes, 18 de diciembre de 2012

Psicopatologia y personalidad del delincuente

por, Alberto Gómez Mariaca
 
La delincuencia, ha adquirido un poder sin precedente en la historia de la humanidad, lo cual ha sobrepasado los índices de criminalidad en nuestro país. Es por ello, la necesidad de aportar ideas sobre estos flagelos sociales, punto medular que involucra en la actualidad no solo a los adultos, sino también al adolescente, y lo que agrava más el problema es la participación de niños en actos contrarios a las leyes penales.
 
INTRODUCCIÓN
Para adentrar en el tema central de este trabajo de investigación comenzare con mencionar el concepto de Psicopatología.

La psicopatológica es, en principio, la ciencia positiva que estudia la psique enferma. Como ni el concepto de psique ni el de enfermedad psíquica están justamente delimitados, la psicopatológica, aun no ha renunciado a su rango experimental y positivo, se encuentra sometida a toda esta serie de tensiones resultantes de la utilización de métodos de investigación diversos y, a veces, hasta contradictorios. El hecho que la psicopatológica se centro en el estudio del hombre enfermo, hace que tengamos que plantearnos una y otra vez la idea del hombre, sin dejarnos caer en la desesperación o en el aburrimiento cada vez que un nuevo conocimiento cierto sobre el hombre venga acompañado de todas aquellas interrogantes que amenazan arruinar aquello mismo que pretendemos alcanzar: el hombre.

El estudio de cualquier fenómeno o conducta psicopatológica está encaminado primeramente a su especificación y delimitación. Si ya la medicina somática descubrió el hecho evidente de que no ay enfermedades si no enfermos, esto es aun mas cierto en el campo que nosotros nos proponemos estudiar. Los mismos síntomas, las manifestaciones psicopatológicas aisladas, no se repiten exactamente iguales en una persona y en otro, aunque, por otra parte, guardan la suficiente uniformidad, que nos permite hacer ciencia en la psique enferma en general. Para poder delimitar o especificar un fenómeno o una conducta psicopatológica tenemos que observarlo con atención y captar sus caracteres esenciales. Esta primera etapa de la investigación es la recorrida por la psicopatología hasta los comienzos del siglo XX. Son las descripciones, ya clásicas, de la manía, de la paranoia, de la depresión, de la histeria, de las alucinaciones.

Pero no es suficiente la observación y descripción del hecho psicopatológico tal y como nos es accesible a la experiencia ingenua. Hoy día se perfilan claramente tres direcciones diferentes en un interno de ir más allá en el conocimiento de la psique enferma; la interpretación, la explicación y la descripción fenomenológica.

La interpretación hace su aparición en psicopatológica con los trabajos de Freud y toda la escuela psicopatológica no termina en su delimitación vivencial, hace falta apelar a sus motivaciones inconscientes si queremos conocerlo en toda su plenitud. Para la persona no psicoanalizada, que vive de espaldas a su temática inconsciente, el Psicoanálisis se le presenta como una ciencia de la interpretación. Como nosotros queremos mantener nuestra psicopatológica dentro de las ciencias positivas, no vamos a pensar que nuestro lector psicoanalizado, lo que supondría que en su momento tuvo acceso a su inconsciente y que ahora tiene a sus pacientes. Para este tipo de lector los resultados de la investigación psicoanalítica no encuentran ningún correlato en su dinámica personal. Se trataría, según él, de “interpretaciones” con una verosimilitud más o menos frágil. En honor a él y, sobre todo, con la intención de mantener nuestro trabajo en el campo de la ciencia positiva, cuando nos refiramos a los resultados de la investigación psicoanalítica, hablaremos de “interpretación del hecho psicopatológico”.

Otra dirección de la investigación en psicopatológica parte precisamente del opuesto: el conocimiento del cuerpo. Según esta dirección semanticista, la verdadera causa de los trastornos psíquicos habría que buscarla en el cuerpo. Del conocimiento de la fisiología corporal habría de esperar la explicación definitiva de la existencia de manifestaciones psicopatológicas. Dentro de la misma dirección podemos incluir la orientación reflexología y conductista en psicopatológica.


La interpretación trata de aumentar el campo psíquico para captarlo mejor. La explicación abandona la psique para trasladar el centro de gravedad de su interés al organismo.
El hombre es, en términos generales, la unión del psíquico y lo somático; la interpretación y la explicación acentúa una de estas dos paranoicas. Ni que decir tiene que ambas actitudes, en general, no son lo suficientemente radicales que llevan a negar la relativa autonomía de lo psíquico y lo somático. Pero es evidente que responden a dos direcciones de la investigación aun que bastante alejadas, que, a su vez, están implicadas en ideologías y conceptos del hombre ajenos a la propia investigación psicopatológica.


Otra dirección de la investigación en psicopatológica parte precisamente del punto opuesto: el conocimiento del cuerpo. Según esta dirección somaticista, la verdadera causa de los trastornos psíquicos habría que buscarla en el cuerpo.

Del conocimiento de la fisiología corporal habría que esperar la explicación definitiva de la existencia de manifestaciones psicopatológicas. Dentro de esta misma dirección podemos incluir la orientación reflexológica y conductista en psicopatológica.

La interpretación trata de aumentar el campo de lo psíquico para captarlo mejor. La explicación abandona la psique para trasladar el centro de gravedad de su interés en el organismo. El hombre es, en términos generales, la unión de lo psíquico y lo somático; la interpretación y la explicación acentúan una de esas dos panorámicas. Ni que decir tiene que ambas actitudes, en general, no son lo suficientemente radicales que lleven a negar la relativa autonomía de lo psíquico y lo somático. Pero es evidente que responden a dos direcciones de la investigación aun bastantes alejadas, que, a su vez, están implicadas en ideologías y conceptos del hombre ajenos a la propia investigación psicopatológica.

La realidad es que el hecho psicopatológico puede ser tanto objeto de interpretación como de explicación. En unos casos la interpretación nos aportara una ayuda más eficaz, y en otros, por el contrario, será la explicación la que resuelva prontamente nuestras dudas.

Existe una tercera dirección de la investigación en psicopatológica, que es la descripción fenomenológica. Cuando Husserl preconiza la reducción fenomenológica, comienza una nueva etapa en el pensamiento fisiológico. Ha tenido lugar claramente un proceso de “antropologización” de la Filosofía, que termina por ser única y exclusivamente conocimiento del hombre. Siempre lo había sido, pero hasta ahora el filósofo no toma definitivamente conciencia de esta verdad.

Hacer filosofía es conocer al hombre, es desconocido. La única forma de conseguirlo es enfrentarnos con nuestra existencia sin prejuicios y describirla tal y como es. En psicopatológica el conocimiento de la existencia del hombre enfermo nos hace recuperar aquello que podemos perder una y otra vez: el hombre mismo.

La interpretación, la explicación y la descripción fenomenológica son tres formas diversas de investigar todos y cada unos de los hechos psicopatológicos. Estos tres métodos implican, naturalmente, tres ideologías diversas.

Desgraciadamente un trastorno de psicopatológica como el presente no puede aspirar a resolver este tipo de incógnitas. Dejemos al lector la libertad de encontrar la unidad allí donde nosotros presentamos la diversidad. Cada hecho psicopatológico, lo mismo que un eje de coordenadas, será proyectado en las tres dimensiones fundamentales que nos ofrece la investigación psicopatológica actual.

La psicopatológica es, pues, la ciencia de la psique enferma, que trata de delimitar los síntomas mediante la observación y la descripción introspectiva.

Hoy en día las perspectivas fundamentales de investigación del hecho psicopatológico son tres: la interpretación, la explicación y la descripción fenomenológica. Estas tres perspectivas no son exclusivas de la Psicopatología, sino que representan tres métodos de investigación que intenta dar una respuesta a la pregunta que da el hombre. La interpretación la plantea como una profundización progresiva en su vida psíquica; la explicación, como un estudio de su estructura somática, y la descripción fenomenológica, como un análisis de la existencia.

LA SOCIEDAD FRENTE A LA DELINCUENCIA
Las actuales condiciones del país y consecuentemente la del Estado, nos obliga a no cerrar los ojos hechos que merman nuestro alrededor.

Los problemas en nuestra sociedad son diversos y necesitaríamos abarcar específicamente a cada uno de ellos para poder buscar alternativas de solución y tratamiento, lo cual sería un verdadero reto para los legisladores, claro que esto no sucede así, es por ello que nos toca a nosotros buscar respuestas que mejoren parte del problema.

Este trabajo intenta dar una respuesta a uno de los problemas más preocupantes de nuestra sociedad, del por qué los niños u adolescentes delinquen, lo cual representa un fenómeno de atención no solo en nuestro Estado, sino en todo el país, por la manera en que van evolucionando los delitos y las nuevas formas en que se ven involucrados menores en conductas antisociales.

Surge la necesidad de buscar causas en las que el menor incurre en una conducta antisocial y no solo encontrar el origen a esos problemas, es decir, atacar el problema de inicio o bien el prevenirlo antes de que este suceda, ya que a criterio propio puedo decir, que el factor prevención es la mejor opción a muchos problemas que nos aquejan y degradan como sociedad.

En materia del delito, son muchas las causas que anteceden a su comisión, pero en materia de menores estas formas de iniciación u origen son más variadas y complejas, en virtud de que la comisión de un delito, es determinada por muchas causas que no lo llevan a cometerlo, mismas que pueden ser, desde las genéticas o de nacimiento englobadas dentro de la clasificación de las internas, hasta las amistades que conocemos casualmente, consideradas dentro de las externas por tomar algunos ejemplos los cuales se tratan de explicar en este trabajo.

Los cambios en el mundo moderno han pasado de un conjunto de valores culturales a otro, que aun no podemos definirlo, todo esto ha provocado que muchos individuos perciban de un modo diferente algunas prácticas o comportamientos sociales que con anterioridad eran consideradas como contrarias al bienestar social. Estos cambios han originado en el ser humano, una serie contradicción en su modo de actuar que provoca que se revelen ante tales situaciones, y una manera de hacerlo es infringiendo las leyes y reglas que la sociedad ha establecido, dando pie a la comisión de múltiples conductas.
 
CRIMINALIDAD
El fenómeno criminal ha venido cambiando en la medida en que el mundo va evolucionando. De igual manera la criminología como campo del conocimiento, ha mostrado los diferentes aspectos de su evolución en la explicación y comprensión de la criminalidad.

Desde las concepciones las concepciones antropológicas, fisonomistas y sociológicas, el delito ha sido considerado como un fenómeno inevitable, parte integrante de la sociedad con matices de cambio y evolución a la situación en que vivimos hoy en día. Tal como lo señala Durkheim, “El delito es normal, ya que una sociedad libre de delitos es del todo imposible, y es parte integrante de toda sociedad sana. Los hechos criminales son vistos de una manera diferente a la concepción tradicional del delincuente, como sujeto enfermo anormal para la criminología actual, el delincuente no es ahora un parasito ni un ser extraño en el seno de la sociedad, sino que es ante todo un regulador de la vida social, e incluso fuente de crecimiento tecnológico, científico y renovador de los sentimientos sociales”.

Para comprender este problema es importante mencionar el concepto de criminalidad que nos proporciona Jesús Moran, el cual menciona “La Criminalidad es un fenómeno individual y sociopolítico, afectante a toda la sociedad, cuya prevención, control y tratamiento requiere de la cooperación de la comunidad y de un adecuado sistema penal”.
 
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DEL MENOR
Hablaremos en este tema referente al panorama del menor de edad en cuanto a la comisión del delito.

Desde el nacimiento del niño o infante, hasta su adolescencia en cualquier connotación que se le quiera dar, va modelando su personalidad de acuerdo a sus factores hereditarios y sociales es decir, empiezan a socializar. Aprende lo que en la familia se espera de ellos y manejar sus sentimientos de las formas socialmente correctas o incorrectas.

La personalidad, es un concepto muy amplio que se refiere a una organización duradera de las predisposiciones, características, motivaciones, valores y formas de ajustarse del individuo al medio ambiente.

“En un aspecto psicológico Mussen nos dice en referencia a dicho tema que el desarrollo de la personalidad es un proceso enormemente complicado, conformado por un gran número de factores interrelacionados que interactúan continuamente, en donde por lo menos cuatro tipos desempeñan un papel de la determinación de las características de la personalidad y del comportamiento de un menor, siendo las siguientes:”
- Biológico. Se incluye la dotación genética, el temperamento, el aspecto físico y la tasa de maduración.
- Perteneciente a un grupo cultural. En este, cada cultura tiene una personalidad típica y un patrón de motivos, metas ideales y valores, que son características distintivas y que adquieren los niños que crecen en esa cultura.
- Experiencias familiares. Es considerada la más importante en el desarrollo de la personalidad, la cual es fundamentalmente un producto del aprendizaje social, y durante los primeros años, la familia, los padres, los hermanos y las hermanas crean el ambiente de aprendizaje para el niño.
- Situaciones. Estos son los estímulos directos que inciden sobre el individuo en cualquier momento en particular.

Todas estas influencias operan y actúan durante el desarrollo de la personalidad del menor, sin embargo la manera en que se presenta tarde o temprano dependen muchas veces del medio ambiente que lo rodea.

El menor debe aprender a manejar una amplia variedad de sentimientos en sus primeros años, algunos son buenos como la alegría, el cariño y el amor propio; otros como el enojo el miedo, la angustia, los celos, la frustración, y el dolor no son gratos en absoluto. “El niño debe encontrar sus propias maneras de resolver los conflictos del desarrollo, debe aprender a controlar su dependencia de los otros, y hallar la manera de relacionarse con las figuras de autoridad de su vida; a su vez también, deben aprender a lidiar con sus propios sentimientos de independencia y autonomía, su fuerte impulso por hacer cosas por ellos mismos, por gobernar sus entornos físicos y sociales, por ser competentes y exitosos”.

El sentido de la identidad personal y cultural del menor, se acompaña de muchos sentimientos intensos que se integran a las estructuras de su personalidad, las cuales en muchas ocasiones derivan en un conflicto.

“Estos problemas que acontecen en su desarrollo son el temor y la ansiedad, el primero es considerado como un estado de excitación, tensión o aprensión, debido a una circunstancia especifica y el segundo, un sentimiento de malestar o miedo que proviene de una fuente generalizada o vaga. Estos patrones que se presentan en el menor suelen ser normales y necesarios, originados por diversas causas como el abandono y el amor por parte de los padres hacia ellos, sin embargo si no son encaminados o detectados correctamente pueden desencadenar conductas antisociales o bien generar mecanismos de defensa para reducir su temor o angustia”.
 
CONCLUSIÓN
La adolescencia es una etapa difícil en el desarrollo personal, en la que aparecen algunos problemas que pueden desembocar en trastornos serios si no se detectan a tiempo, ya que los adolescentes experimentan una serie de cambios físicos que acarrean consecuencias, algunas de ellas negativas.

En este problema respecto de los adolescentes, es muy importante la comunicación que existe entre el adolescente y los papas, aunque muchas veces esto es muy difícil, porque los problemas que con frecuencia se presentan en estos tiempos tiene que ver la mayoría de las veces con la poca comunicación que se tiene con los hijos; es aquí donde la psicología social en la adolescencia hace su trabajo, aportando consejos, iniciativas para llegar a lograr que su tiempo libre sea de calidad y que lo ocupe en actividades que den frutos en su vida, aparte de que ayuda en algo muy importante que es el poder canalizar las emociones en actividades productivas.


Muchas veces es muy difícil comprender el porqué los jóvenes piensan o actúan de diversas formas, ya que por ejemplo los papas cuando eran adolescentes no vivieron esas etapas que en la actualidad se van marcando respecto a la edad que se presenta. Todo era muy diferente en su tiempo, ya que la sociedad está en continuo movimiento y cada día son más los avances que nos van abriendo nuevas formas de pensar.

Por la mayoría de gente es ya conocido, que al enfrentarse con la etapa de la adolescencia, los jóvenes comienzan a pensar y razonar de una forma muy diferente, todo en ellos cambia, sus opiniones, comienzan a darle importancia a cuestiones que antes no les importaba; es aquí donde deben aprender a pensar en sus objetivos, tomar enserio las bases que van a sustentar su futuro, para que la vida de adultos sea productiva.



Debemos tomar en cuenta que los cambios que sufre un adolescente al cambiar de etapa son difíciles de aceptar, ya que comienzan a cambiar como ya antes lo mencione en aspecto físico y en cuanto al intelecto; y muchas veces estos cambios no tienen una aceptación, dando como consecuencia la nula presencia de autoestima.

Algo muy importante también, es que en esta etapa es cuando comienzan las relaciones sentimentales, quieren actuar como lo hacen los adultos, pero la realidad es que no tienen criterio propio ni principios bien definidos, por lo cual lo malo puede perjudicar su formación.
Hablando de este tema, es importante mencionar que el ambiente social y cultural en el que crecemos desde pequeños, es un factor de gran importancia para una vida futura, y desagraciadamente las familias mexicanas no le dan esa importancia de brindar educación, valores, principios y un buen ambiente social y cultural, que deben ser otorgados a toda persona en pleno desarrollo físico y psíquico mental, con esto me refiero a los menores de edad. Es esa la gran gama de factores que orillan a que los adolescentes no tomen las decisiones correctas para su vida futura.

La adolescencia es una de las etapas de suma importancia para la construcción de la personalidad de cualquier individuo; por consecuencia la familia juega un papel sumamente primordial. Conocemos varios conceptos de familia, y por lo mismo se ha confundido en muchos hogares, a tal grado que se piensa, que educar es sinónimo de abastecer, lo cual es absolutamente incorrecto, ya que, al otorgarle todas las necesidades materiales al menor y pensar que se le hace un bien, únicamente se perjudica, pues no se le da lo más importante, que son una base bien cimentada de educación, valores, respeto y lo más importante que un ser humano siempre necesita: AMOR, para una vida sana en el futuro.

Muchas familias, son demasiado escasas de amor y comprensión, estos son dos factores que orillan al menor a tener diferentes adicciones, como lo son las drogas, el alcohol, y lo más importante, una conducta antisocial, y es precisamente en la adolescencia donde se presenta todas esas conductas.

Hay un factor muy importante dentro de la sociedad, como lo son los valores éticos que se van cimentando dentro del mismo núcleo familiar, cabe mencionar que menciono mucho la familia, porque es ahí donde surge toda la formación del niño a adulto, y claro que si su educación fue sana desde niño, en la etapa de la adolescencia no se presentan problemas tan notorios y tan delicados, como los que son presentados en la sociedad actual.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario