martes, 18 de septiembre de 2012

La conexión latina. De la mafia corsa a la ruta argentina de la heroína.

Por Inés Kreplak
 
En las décadas de los 60 y 70, la Argentina ocupó un lugar estratégico para el tráfico de heroína, desde aquí se podía controlar el paso de la droga desde su lugar de producción hasta su destino de consumo. Con la investigación que en esta oportunidad enfrenta Osvaldo Aguirre, se puede dar cuenta de un ejemplo de este hecho que abundó en las secciones policiales de los diarios de la época. Un titular del diario La Razón de 1968, que el autor retoma, vincula a los protagonistas de esta crónica dentro de un gran rompecabezas que abarca el mundo de la delincuencia internacional. Desde este marco, el autor rosarino intenta contar la historia de esta mafia corsa que diagrama la ruta de la heroína, teniendo a la Argentina como nexo predilecto.
 
Como salidos de un mundo novelesco arltiano, los protagonistas de esta crónica arman un sistema organizativo, una sociedad secreta, que les sirve de sostén para llevar a cabo su plan de acción. Robo, rufianismo, redes de prostitución y trata de personas, sumadas al tráfico de heroína, parecen ser los motores de este grupo originado en Francia, dentro de la mafia corsa, que teje lazos en la Argentina, Paraguay y los Estados Unidos, y desde allí se desperdiga por toda América Latina.

Auguste Ricord, el personaje principal de esta historia y jefe de la mafia, elige la Argentina como destino para escapar de la justicia, que lo busca por su vinculación y colaboración con el régimen nazi. Ricord consigue instalarse en el país con documentación falsa y crea, junto con Luis Bonsignour, buscado por tres homicidios en Italia, una red dedicada a la prostitución. A su vez, se propone ayudar a escapar a otros fugitivos europeos, como Lucien Sarti o François Chiappe, con quienes arma una organización dedicada a traficar heroína a los Estados Unidos. Esa asociación logra funcionar gracias a una abundante provisión de documentos y pasaportes falsos que se conseguían por el trabajo de un experto argentino y el contacto con un puntero político de Uruguay.

El robo a la sucursal Nº 8 del barrio de Boedo del Banco Nación, que sucede por ese entonces, funciona como determinante en la vigencia de esta un banco argentino adquiere enorme trascendencia en la prensa local. En ese mismo momento se popularizan los nombres de Ricord y de su principal socio, Orsini, debido a su detención y exposición pública. El cártel de Buenos Aires sufre un gran golpe. Por primera vez comienza a hablarse de la ruta de la droga que hace escala en la capital y en la vinculación de estos traficantes con el robo al banco.

Haciendo gala de su experiencia como escritor de ficción (de novelas, cuentos y poesías), el autor de La conexión latina. De la mafia corsa a la ruta de la heroína logra captar el ritmo de la historia haciendo uso de los conocimientos narrativos para escribir esta investigación periodística en forma de crónica. La ficcionalización de ciertos diálogos y acontecimientos, el paso de un narrador en primera persona, presente en la acción, a un narrador en tercera, en muchos casos omnisciente, ayuda en esta dirección. Por otro lado, la manera como se presenta a los personajes, al principio del libro, le permite al lector introducirse de lleno y con claridad en la historia que se relata, a pesar de la gran cantidad de personajes que con ella se vinculan.

En la introducción, el periodista en primera persona alterna, por un lado, la descripción del momento en el cual accede a entrevistarse con la mujer de Chiappe con su historia de aparición en los medios, vinculada al caso del robo al Banco Nación; por otro lado, la polémica de la amnistía de Cámpora a los presos políticos con la visita a un hotel lujoso de La Falda en donde se refugiaban ciudadanos alemanes. Luego, se suceden dieciséis capítulos en donde se narra desde la migración de los franceses a la Argentina, la conformación de la red de tráfico, sus vinculaciones con el poder y la política, hasta la disolución de la organización gracias a la caída en prisión de sus principales jefes y a la acción de los operativos antidrogas llevados a cabo en los diferentes países, con participación especial del gobierno de los Estados Unidos, que es quien apresa a Auguste Ricord, y más adelante a François Chiappe.

La DEA (Drug Enforcement Administration) logra convertir al supervillano de Ricord en lo único que le faltaba: un traidor. Ricord acepta colaborar aportando datos sobre sus antiguos compañeros de Marsella. Una vez más, esta historia cobra similitud con las novelas de Roberto

Arlt, en donde los personajes humillados se convierten en humilladores para lograr sobrevivir en el mundo. Y queda así diagramada la historia de la primera ruta de tráfico de heroína de Europa hacia América Latina y de allí a los Estados Unidos.

 
Ref.: Reseñas bibliográficas

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